The One Amsterdam

The One es una agencia creativa de Ámsterdam que se enfoca en crear experiencias digitales potentes a través del diseño, la tecnología y el storytelling. Su web no es la típica web corporativa: está pensada para sorprender, inspirar y mostrar su lado más artístico desde el primer momento.

Aquí van unas cuantas claves de las que puedes aprender:

imagen de web the one amsterdam

1. Análisis Heurístico

Diseño estético y minimalista

La web cuida muchísimo la parte visual. Usa mucho espacio en blanco, poca información y una estética muy limpia. Esto hace que la experiencia sea visualmente atractiva y transmita profesionalidad, aunque en ocasiones pueda dificultar la comprensión del contenido.

Control y libertad del usuario

No hay un menú clásico ni jerarquías claras. Esto puede motivar la exploración, pero también confundir. La falta de estructura tradicional puede hacer que el usuario no sepa cómo moverse o volver atrás fácilmente.

Reconocer antes que recordar

A pesar del estilo artístico, muchos elementos visuales te ayudan a reconocer secciones o acciones (como los cambios de color o movimiento). No tienes que memorizar dónde está cada cosa, aunque no siempre quede del todo claro qué hace cada parte.

2. Sesgos Cognitivos

Sesgo de halo

Cuando algo se ve bien diseñado, automáticamente pensamos que todo lo demás también está bien: el contenido, la usabilidad, la profesionalidad... Esto puede hacer que seamos menos críticos con posibles fallos o falta de claridad.

Sesgo de familiaridad

Estamos acostumbrados a ciertos patrones de navegación. Cuando una web no los sigue, puede descolocarnos. Aquí, la falta de un menú tradicional o una estructura clara puede generar confusión si no estamos preparados para explorar

Sesgo de fluidez cognitiva

Las animaciones y la armonía visual hacen que el contenido “entre solo”. Esto nos hace pensar que entendemos mejor la web, incluso si no hay mucha información o el mensaje es ambiguo.

Sesgo de ambigüedad

Los textos y conceptos que aparecen son muy abiertos, y no explican mucho. Esto hace que cada persona interprete lo que ve de una forma diferente, según sus propias expectativas o deseos.